lunes, 30 de noviembre de 2015

Oscuridad

La señorita era tan bella, tan bella, que sus padres la quisieron congelar en la eternidad. Ella se dejó, porque todo lo que le pedían, lo hacía. Mas cuando por primera vez se observó en esa pintura inmortal, notó que algo ahí andaba mal.
Ella era pequeña, pero igualmente tuvo la grandeza de reconocer que en sus ojos brillo no había. Entonces, gracias a eso decidió, que quería empezar a vivir.
Así, con su espíritu avivado y sus ansias por el cielo salió a pasear, salió a investigar. Vio entonces que el mundo era mucho más que su castillo de cristal, supo ahí, que se tenía que escapar.
Sus padres nunca más la quisieron aceptar, y con esa imágen suya decidieron recordar.
En cambio ella, fue la aventurera más feliz de todos los tiempos, y nunca más se olvidó de sentir.

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