lunes, 23 de noviembre de 2015

Encontrar

Algún momento pacífico habremos de tener, de disfrutar. Porque todo eso es como la vida misma, como el dolor alojado en el pecho que proviene de la mente, y como la paz promulgada por muchos pero encontrada en pocos.
Hoy no tengo miedo, tengo esperanza, que todo lo bueno que se nos va a lo largo de la vida tarde o temprano vuelve. Y todo llega, lejos o cerca, todo llega, aunque no sepamos cómo ni cuándo. Las diferencias pueden convivir, así como conviven las injusticias y los reprimidos. La vida compuesta de opuestos, la vida en constante cambio. La vida de la que me enamoro a pesar de las decepciones. Hoy tengo esperanza. Y aunque sé que debería convivir con ella, como conviven el amor y el odio, no siempre la encuentro o siento cerca de mí. Pero hoy sí, y voy a seguir luchando para que este mundo nunca deje de latir.

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